Desde ANPE Cantabria denunciamos la actitud del Consejero de Educación, que en lugar de gobernar y resolver los problemas que afectan al sistema educativo, opta por quejarse públicamente de las dificultades inherentes a su cargo. Gobernar es asumir responsabilidades, no eludirlas.
Los docentes de Cantabria llevamos 17 años sin ver actualizada la parte autonómica de nuestro salario. No hemos priorizado esta reivindicación hasta ahora porque siempre hemos apostado por mejorar aspectos estructurales del sistema educativo, en beneficio directo del alumnado. Pero ya es hora de que se reconozca también el esfuerzo y compromiso del profesorado.
Lamentamos profundamente que, lejos de mostrar respeto por quienes sostienen día a día la educación pública, el Consejero haya optado por denigrar públicamente la imagen de sus propios trabajadores. Exigimos un cambio inmediato de actitud y un mínimo de respeto institucional hacia el colectivo docente.
La huelga y manifestación del pasado 3 de abril, secundadas de forma masiva, son una clara muestra del hartazgo del profesorado. El Consejero no puede seguir mirando hacia otro lado. En lugar de echar balones fuera, debe escuchar lo que está diciendo el colectivo docente y actuar en consecuencia.
Además de la cuestión salarial, existen múltiples problemas estructurales sin resolver: la bajada de ratios, la reducción de la carga burocrática, la disminución de la carga lectiva... Reivindicaciones históricas que siguen acumulando polvo en los cajones de la Consejería mientras el profesorado soporta cada vez mayores cargas.
Respecto a la propuesta de 100,23 € mensuales, ANPE reitera que esta oferta es claramente insuficiente. Pero si el Consejero considera que es tan generosa como afirma, puede y debe aplicarla de manera inmediata, sin necesidad de acuerdo. No lo hace porque, sencillamente, no quiere mejorar las condiciones laborales del profesorado. No se trata de capacidad, se trata de voluntad política.
Desde ANPE Cantabria exigimos al Consejero que abandone la confrontación, ejerza su responsabilidad de gobierno y atienda de una vez las justas demandas del colectivo docente. El futuro de la educación pública cántabra está en juego.
