En los últimos meses se ha intensificado en el ámbito educativo el debate sobre la conveniencia o no de la utilización por parte del alumnado de teléfonos móviles, así como sobre la posible prohibición de esta. Las recientes declaraciones de la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, en las que anunció que se va a trasladar a las comunidades autónomas y al Consejo Escolar del Estado una propuesta destinada a regular ese uso, son a la vez ejemplo y consecuencia de ello.
En ANPE siempre hemos estado muy atentos a este tema, como a cualquier otra tendencia social que tenga incidencia en el sistema educativo. En ese sentido, hemos lanzado desde hace años campañas para fomentar una utilización racional y responsable del teléfono móvil en los centros.
Nuestra postura está asentada y es clara. Se puede resumir en los siguientes puntos:
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Es necesario establecer una regulación de referencia, coordinada a nivel estatal y entre las diferentes CCAA sobre el protocolo relativo al uso de los dispositivos móviles en los centros educativos, estableciendo una norma que posibilite a los centros, en el uso de su autonomía pedagógica y organizativa, regular el uso responsable de los móviles, para evitar su utilización indiscriminada que pueda llegar a generar distracciones y deteriorar la convivencia en el centro.
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Con carácter general, el uso de los móviles no es adecuado dentro del aula, porque dificulta la práctica docente y genera distracción en el alumnado. Es necesario, por tanto, que se regule de alguna forma la utilización de estos dispositivos, como de hecho se está haciendo ya en muchos centros educativos.
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Por otro lado, no podemos perder de vista que existen usos pedagógicos y, por tanto, positivos de los teléfonos móviles. Hay determinados proyectos o actividades incluidos en la propia programación de los centros en los que el móvil se emplea como una herramienta más de aprendizaje, siempre de forma guiada por el docente, como se hace con otros dispositivos digitales (tablets, por ejemplo).
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La comunicación a través de los teléfonos móviles es una realidad social totalmente asentada. Desde ANPE hemos lanzado desde hace años varias campañas para fomentar una utilización racional y responsable del teléfono móvil, bajo la premisa de que el sistema educativo, contribuye, entre otras cuestiones, en la instrucción y formación sobre el buen uso de una herramienta que se utiliza en todos los ámbitos de la vida, tanto personal, social e incluso en el mundo laboral al que el alumnado se incorporará algún día.
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La responsabilidad sobre el uso adecuado y responsable del teléfono móvil no ha de recaer de forma exclusiva en los centros educativos. Requiere de la implicación de la comunidad educativa y administraciones, en definitiva, de la implicación de las familias y de la sociedad en general.