LA CONSEJERÍA AHOGA A LOS CENTROS


27 Nov, 2018

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Desde la entrada del nuevo equipo de la Consejería, la improvisación ha sido la tónica general de la Administración Educativa. Su falta de previsión, provoca una sobrecarga de trabajo, burocracia y tareas en los centros educativos, y principalmente en los equipos directivos.

Todo comenzó el año pasado, con la nefasta gestión de los Auxiliares de Conversación, seguida de la falta total de Técnicos Sociosanitarios y Auxiliares Técnicos Educativos, en centros con grandes y graves necesidades.

Otra "losa" que impone a los Centros nuestra consejería, es la no contratación del personal de apoyo administrativo, que colaboraba en los centros durante los períodos de mayor carga burocrática.

Tras el problema de la negociación del calendario escolar, de nuevo se ha cargado a los Centros (principalmente a los equipos directivos), con labores organizativas, reorganizaciones de comedor y transportes, salvando así la cara a la Administración... que por otro lado nos critica de forma inmisericorde, junto a algunas familias.

No entendemos como la Consejería vuelca en los centros la responsabilidad (y el coste económico) de impartir o no un Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA). En el inicio de curso se exigió a los centros un adelanto de la contratación de los monitores que, posteriormente, sin garantías, serían contratados desde la Consejería, reintegrando los costes económicos a cada centro.

Aquellos colegios e institutos que han podido adelantar este dinero, han puesto en marcha el PROA para este curso. Ahora los centros (y los alumnos, recordemos que este Programa está dirigido a incrementar su éxito educativo) se encuentran con que a mitad de mes van a tener que prescindir del Programa y, supuestamente, el PROA volverá en febrero, sin una triste explicación creíble.

De todo esto se puede sacar una conclusión: a la Consejería no le importa el PROA, ni los monitores, ni los docentes y mucho menos nuestros alumnos; lo único que le importa es encontrar a alguien en quien descargar la responsabilidad, y a quien echar la culpa si algo sale mal...

¿Esta es la calidad de la Educación de que pretende la Consejería?. ¿Esta es la apuesta de un Gobierno por su futuro?. Los alumnos, los docentes y en general, la sociedad cántabra no merecemos esto, no tenemos culpa de la improvisación ni de la mala gestión de la Consejería de Educación.