La incertidumbre y preocupación de la semana pasada, en torno a la eficacia y las posibles secuelas de la vacuna AstraZeneca, con noticias de fallecimientos y paralización de la vacunación en países de la UE incluido España, ha tornado ahora en miedo cierto sobre los posibles efectos adversos entre el colectivo docente, cuya vacunación empezó hace poco.
¿Y ahora qué?. Esta es la pregunta que se hacen los ya vacunados, que tienen que vigilar los efectos secundarios ya conocidos, además de los que ahora se vienen a sumar y que han supuesto la paralización de la vacuna.
¿Me van a administrar la segunda dosis?. ¿Se prevé la continuidad del calendario programado, quizás con otra vacuna?.
Los mayores de 55 años, cuya vacunación ya había sido descartada con el preparado de AstraZeneca, siguen sin saber en qué momento y con qué vacuna serán inoculados... Hay que tener en cuenta que alrededor del 32% de la plantilla docente tiene más de 55 años, y que muchos tienen otras enfermedades que los hacen vulnerables; entre ellos crece la incertidumbre sobre si ponerse, o no, esta vacuna.
Las autoridades sanitarias y educativas tienen que despejar todas estas dudas y actuar con transparencia, dando información puntual para tranquilidad del profesorado, que cada día entra en aulas cerradas con decenas de alumnos, con una protección insuficiente.